I. El Desdichado.
Soy la tiniebla – el viudo – el inconsolado
Príncipe de Aquitania de la torre clausurada:
mi sola estrella muerta ha – y mi laúd constelado
tiene el negro sol de la Melancolía.
En la noche de tumbas, tú que has consolado
volviéndome al Pausilipo y el mar de Italia
la flor que agrada tanto a mi corazón solitario
en las parras o ramilletes como rosas se alían.
¿Soy Amor o Febo? ¿Lusignan o Biron?
Mi frente esta roja de besar a la reina;
sueño en la gruta o nada la Sirena…
Y he atravesado dos veces, invicto, el Aquerón
modulan, de uno al otro, sobre la lira de Orfeo
los suspiros de la Santa y los gritos de las Hadas.
martes, 5 de octubre de 2010
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